A partir de la investigación desarrollada en el proyecto “Los perros y la ciudad”, se retoma el concepto de línea de fuga aplicado al fenómeno del perro callejero en la ciudad de México, pero ahora se propone una reflexión sobre la urbe como ese espacio imaginario y no inmediato que cada uno lleva consigo en la memoria y en la mente. Se revisaron entonces las irónicas, crudas y apocalípticas crónicas sobre la ciudad, para encontrar un lugar invadido por las imágenes que los medios prometen del ideal de la familia contemporánea, donde el perro de la calle ha sufrido una muerte masiva, no existe más. En este video se buscó recuperar su imagen y esencia proponiéndolo como un parásito necesario, a partir del concepto de ruido de Michel Serres. Así el perro de la calle regresa a la ciudad como fantasma para intervenir en la comunicación sin sentido que los medios y la ignorancia del cotidiano han producido en el imaginario colectivo.